domingo, octubre 12, 2008


Roth vuelve a mostrarnos el porqué de su eterna candidatura al Nobel. En este último libro nos invita a acompañar las vicisitudes de Nathan Zuckerman en su vuelta a Nueva York, después de
once años de ausencia. Porqué marchó? Zuckerman nos da la respuesta: "Había elegido vivir donde ya no podía verme arrastrado a las decepciones". Algo parecido a dejar de correr riesgos, dejar de tener la belleza al alcance de la mano por miedo a que ésta cause destrozos en tu interior.
La visita a un médico de la gran urbe obliga al protagonista a regresar. En poco tiempo vuelven todos los demonios que tanto tiempo había costado alejar. Ni la enfermedad, ni su avanzada edad son impedimentos al resurgir de la pasión. La belleza de una incipiente escritora marca el inicio de un largo regreso al mundo casi olvidado de los sentimientos.
La lectura de este libro ha sido pausada, obligándome al paso lento de las páginas a fin de no desaprovechar un solo detalle de lo que en él se narra. Un verdadero placer, de nuevo, Mr. Roth.