lunes, abril 09, 2007

La frontera

Cuando evocar recuerdos se convierte en un lento fluir de melancolía, trasunto de tiempos pasados, repetición imposible de algo que ya no me pertenece, una figura inconmensurable aparece en todo su esplendor acompañando un sueño.
Para pervivir en mi memoria haciéndome partícipe de su lento deambular por un espacio todavía por mi desconocido. Peregrinar a su lado por esos lugares inciertos de los que huiria por temor a lo ignorado y a los que regreso para confirmar que su recuerdo permanece cercano.
Cuando en la estancia de la realidad sufro de olvido, ella regresa rediviva en mis sueños.
Mantiene su sonrisa apaciguadora, reconfortante, intentando transmitir un: "no importa, sigo estando aquí". Es entonces cuando la vida y la muerte se entremezclan haciendo imposible saber en que lugar de la frontera me encuentro. Y tampoco hago un esfuerzo por intentar desvelar el misterio. A fin de cuentas, prefiero permanecer en su compañía, aunque el desespero de su muerte se repita invariablemente, a recobrar esa amnesia perturbadora.

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